Segunda jornada de “Historia y Género”

El Departamento de Historia, por medio de esta instancia, busca contribuir a visibilizar los temas de género y fomentar el debate en torno a los temas de inclusión, equidad y la no discriminación, tanto en planes de formación como en las prácticas universitarias y las políticas institucionales. La actividad que forma parte del Plan Operativo del Departamento de Historia 2021 se desarrolló el 13 de agosto. 

La instancia contó con la participación de cuatro destacadas académicas y se organizó en dos bloques. En primer lugar, la directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, desarrolló su presentación titulada “Decirse historiadoras: el género y la autoría en la formación disciplinar”, donde abordó las tensiones entre las formas históricas de construir un saber practicado por la masculinidad, frente a los empoderamientos de mujeres feministas que han aportado a la construcción del saber histórico, desde la elaboración de una historia con mujeres, desde las mujeres y con perspectiva de género. Al respecto, Alejandra Araya destacó los esfuerzos precursores de académicas e historiadoras que instalaron la perspectiva de género en distintos espacios académicos y las dificultades que la dominación masculina le ha puesto al desarrollo disciplinar del feminismo. Particularmente para el mundo académico, la desigualdad de género y el patriarcado adquieren la forma de negación del derecho a la autoría y la imagen hacia las mujeres académicas, pero inserto también en una estructura de dominación histórica que se ha ejercido desde la tradición humanista desde el siglo XVI. 

Como comentadora de la exposición de la historiadora Alejandra Araya, la doctora Karen Alfaro señaló que, el contexto en el cual se desarrolla el movimiento feminista y los avances que se han experimentado en el mundo académico, también han implicado una serie de respuestas conservadoras, instalando una disputa política que plantea desafíos en los espacios universitarios de cara a avanzar hacia políticas institucionales que incorporen la perspectiva de género. Al respecto, la académica considera que la visibilización de las mujeres como historiadoras, como sujetos de autoría y visibilidad de su producción historiográfica, tiene una gran potencialidad que debe ocupar un lugar central entre las discusiones en torno al feminismo y la igualdad de género. 

El segundo bloque, estuvo integrado por la directora de la Dirección de Igualdad de Género de la Universidad de Chile, Carmen Andrade, la cual nos entregó una presentación titulada “Construyendo la igualdad de género en las universidades” y que fue comentada por Karin Baeza, quien se desempeña como directora de Género, Diversidad y Equidad en la Universidad de Santiago de Chile. 

La presentación de Carmen Andrade se enfocó en cómo las universidades se vieron remecidas a partir de la formación y constitución de un movimiento social feminista que logró instalar en el espacio universitario la exigencia de que las instituciones se comprometieran con la generación de lugares libres de violencia e igualdad de género. Para la directora Andrade, el desarrollo de protocolos y transformaciones internas de las universidades en esta materia encuentra sus orígenes en las demandas del mayo feminista del 2018 chileno, aunque también reconociendo los distintos esfuerzos de académicas feministas que buscaron instalar estos temas desde hace mucho tiempo antes.  Finalmente, la expositora planteó el desafío de incorporar una perspectiva política, un compromiso de transformación, que se exprese no solamente en instalar determinados protocolos y oficinas de género, sino que buscar transformar las relaciones sociales que se desarrollan al interior del espacio académico desde una perspectiva de género. 

Por último, la académica Karin Baeza señaló que desde el 2018 las mujeres han estado tensionadas al interior de las universidades, lo cual se ha expresado en distintas dimensiones: normativas, en los cuerpos, en los lenguajes, donde las universidades han buscado hacerse cargo de estas tensiones, lo cual ha significado grandes desafíos para las mujeres que se encuentran trabajando en las políticas de género para el espacio universitario. Uno de los elementos que destacó la directora están relacionados con los límites que presentan los procesos de institucionalización del género en el espacio universitario, pues existen riesgos de apropiación de las demandas del movimiento feministas que debe ser evitado, así como también existe el riesgo de la simulación, es decir, que la perspectiva de género sólo se exprese en términos discursivo sin generar transformaciones estructurales en las dinámicas sociales del espacio académico. 

El encuentro logró desarrollar una importante reflexión en torno a los desafíos, límites y tensiones que implica la incorporación de una perspectiva de género, que logre procesar adecuadamente las demandas del movimiento feminista y que definitivamente se expresen institucionalmente.

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