DECLARACIÓN PÚBLICA Asociación Chilena de Historiadores

Ante la decisión adoptada por el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCh) de no aplicar la Prueba de Selección Universitaria de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, asignando en su reemplazo puntajes automáticos a partir de los resultados obtenidos por los postulantes en los restantes factores, la Asociación Chilena de Historiadores expresa su preocupación por las implicancias de esta medida en el marco del proceso de relativización –o frontal negación– de la importancia de estas asignaturas dentro del curriculum escolar nacional.
Esta decisión constituye un nuevo y lamentable hito en la naturalización de la idea de que la Historia, la Geografía y las Ciencias Sociales son saberes prescindibles en la formación de nuestros estudiantes; asimismo, refuerza la lógica cortoplacista y tecnocrática que llevó a la ministra de Educación, Marcela Cubillos, a respaldar la propuesta del Consejo Nacional de Educación de eliminar la obligatoriedad de estos contenidos para los estudiantes de 3ero y 4to medio. Con esta medida, el CRUCh lamentablemente se inscribe en el elenco de instituciones y autoridades que en años recientes han contribuido a la precarización de la educación pública, ya no solo en lo que refiere a su financiamiento, sino también en lo que respecta a los saberes que nuestro sistema educacional debe cubrir.
Más allá de las razones esgrimidas por el CRUCh para sostener esta decisión, resulta decepcionante constatar la indiferencia con que las autoridades responden a las interpelaciones de profesores, didactas, investigadores, estudiantes y apoderados, quienes en diversas ocasiones y por distintos medios han acusado la miopía del Ministerio de Educación al desestimar saberes que resultan indispensables para que los jóvenes desarrollen un pensamiento espacial e históricamente situado, atento a un entorno que cambia vertiginosamente, y receptivo de los desafíos que supone la vida en sociedad.
Sumándonos a los llamados a revisar los instrumentos que hoy definen el ingreso a la educación superior, que en la práctica no hacen sino acusar las desigualdades estructurales que hoy fracturan nuestra educación, invitamos a las autoridades correspondientes y a la ciudadanía en general a recuperar un mínimo de sensatez pedagógica y a expresar su rechazo frente a este proceso de empobrecimiento intelectual. En momentos de aguda descomposición política y social constituye una irresponsabilidad mayúscula renunciar al aporte de estas disciplinas.